lunes, 19 de mayo de 2008

FAU: LA AUTORIDAD TIENE LA PALABRA

DE: PROF. JUAN GUILLERMO TEJEDA

A: COMUNIDAD FAU

17 DE MAYO 2008

1_Sería injusto no valorizar la alta participación del reciente Claustro Triestamental celebrado en la FAU. Corresponde celebrar la existencia de debates apasionados, sinceros, y siempre dentro del marco del respeto, la capacidad de concretar las necesidades en propuestas con indicadores, fechas, responsables, etc., la presencia y apoyo de las autoridades incluyendo su aplomo para hacer frente a las críticas, la excelente organización del evento, la acción de los facilitadores, el buen ambiente, el avance en el conocimiento de los demás, etc. También es de justicia destacar la participación activa e informada de los estudiantes y del personal de colaboración. Aunque no lo hagamos a menudo porque siempre estamos quejándonos, esta vez la FAU completa debería felicitarse a sí misma.

2_La pregunta que pende ahora como una losa es: ¿servirá de algo este Claustro? ¿Se aplicará alguna de las más de 100 propuestas que evacuaron las cuatro Mesas? ¿Removerá este diagnóstico tan crudo –sobre todo en las áreas de docencia y gestión- la pasividad que nos acompaña? ¿Habrá alguien dispuesto a caer envuelto en llamas para garantizar el cambio?

3_Un Claustro de esta naturaleza es, por definición, propositivo. Se resume, al final, en una carpeta o archivo Excel o Word con una serie de objetivos y metas que la comunidad propone a la autoridad. Son quienes integran el Consejo de Facultad, incluyendo al Decano, los que tienen las atribuciones para aprobar o rechazar estas medidas, o para guardar silencio, o para introducir cambios cosméticos, o cambios profundos.

4_ No cabe duda de que el Claustro sorteó con éxito un problema complejo, que era el peligro de dividir a la comunidad en bandos irreconciliables o en tribus aisladas. Las propuestas se aprobaron todas o por consenso o por mayorías muy amplias. También se despejó por ahora la opción de ir hacia una reestructuración, que conllevaría la intervención de externos.

5_En términos generales cabe considerar la voz del Claustro como un resumen operativo de la opinión de nuestra comunidad académica sobre los asuntos de la Facultad; y como un manual de recetas para resolver los problemas a que nos enfrentamos. Sólo las universidades públicas tienen a mano esta herramienta participativa y pluralista. Nuestras autoridades tienen ahora una oportunidad para escuchar lo que la comunidad ha dicho y para aplicar estas recetas.

6_ El recetario del Claustro parece estar cruzados por tres criterios o conceptos que aparecen una y otra vez: la transparencia, que consiste en considerar que la opacidad hace más daño que bien; la descentralización del poder y los recursos, que permite exigir resultados a quienes figuran como responsables; la cultura de la evaluación, que acoge la medición de desempeños más como una herramienta que como una amenaza. Transparencia, descentralización y evaluación son algo así como tres productos dietéticos que nuestra institución necesita aplicar de manera firme y prudente.

7_ Yendo a lo práctico, no cabe duda de que las innumerables propuestas que llenan los casilleros de la fichas del Claustro necesitan sintetizarse en una pocas medidas contundentes y nítidas que marquen un cambio y abran una nueva etapa. Falta allí, probablemente, un trabajo adicional que genere un documento de síntesis, que bien podría ser nuestro PDI de Facultad. Todos los datos están en las conclusiones del Claustro, sólo falta afinarlos un poco.

8_ Y falta, por último, que se habiliten las medidas solicitadas para dar continuidad al Claustro, en un trabajo que sólo pueden hacer conjuntamente el Consejo de Facultad y quienes presidieron las mesas del Claustro, interpretando operativamente el espíritu de la comunidad que se puso de manifiesto durante la primera semana de mayo de 2008.

9_ Creo que si durante el segundo semestre, es decir desde el 1° de agosto, vemos que se empiezan a aplicar medidas, es que el Claustro sirvió de algo y habremos iniciado nuestra transición hacia la normalidad. En caso contrario, querrá decir que han sonado todas las alarmas y se han prendido todas las luces rojas, y que pese a ello la comunidad FAU no logró reaccionar, por lo que sólo queda esperar a ver de qué manera el contexto exterior y el tiempo terminan por acelerar el fin de un modelo que funciona por default y que según todos los indicadores que tenemos a mano hace tiempo dejó de ser operativo para cumplir con nuestra misión. Quienes hemos participado en el Claustro tenemos la tranquilidad de decir que entregamos nuestra opinión a tiempo y recomendamos las medidas para el cambio, siempre en un marco de respeto e informadamente. Ahora la autoridad tiene la palabra.

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